Durante la semana, tuve la oportunidad de ver el “La
educación prohibida”, documental argentino que realiza varias críticas a los
sistemas escolares, la educación y sus reformas en general.
Las situaciones que encontré más
interesantes, fueron las problemáticas sobre los modelos de conducta y
comportamiento, es decir, los premios o castigos que son implementados a los
estudiantes para controlarlos mediante el miedo y el temor al fracaso. Es muy
cierto; a los estudiantes nos inunda el temor al ser puestos a prueba por una
evaluación y más aún al saber sus resultados, siendo estos falsos y engañosos estándares
de calidad. Pero ¿realmente necesitamos ser etiquetados con un número que
demuestre y defina nuestro “conocimiento”?
Un dato que logró captar mi atención fueron las múltiples
comparaciones entre alumnos y robots o máquinas de fábrica, demostrando así que
la escuela funciona como una herramienta de control social. Además de eso, se
suma la crítica a la ética en el modelo educativo; en vez de brindar valores
humanos, se promueven la competencia, el materialismo, egoísmo, discriminación,
entre otros más, y es cierto porque muchos de nosotros lo hemos experimentado.
Otro punto que tocó
el documental son los temas y enseñanzas inútiles que las reformas educativas
proponen, y yo no podría estar más de acuerdo, pues estoy segura de que muchos
de mis compañeros y yo nos hemos preguntado para qué nos servirán ciertos temas
cuando culminemos nuestros estudios y sea hora de salir a luchar en el mundo
exterior, a lo que los profesores simplemente se limitan a contestar con un “algún
día lo puedes necesitar”… Ya lo creo. Seguramente si estudiamos el tiro
parabólico, la tabla periódica o las gráficas de funciones vamos a aprender a
ser competentes en el mercado laboral o como criar a nuestros hijos.
Recomiendo este proyecto a personas que se interesen por la
problemática social y educativa; me pareció extenso, pero interesante. Con
esto, puedo dar por hecho que, de las cosas que se aprenden en la escuela,
realmente son muy pocas las que se necesitan para la vida cotidiana. Y desgraciadamente
yo como alumna, me he podido identificar con la mayoría de las tésis, bastante
acertadas, que el filme nos propone.
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