A decir verdad, extraño mucho la prepa. Fueron los años más curados. Pasé por un montón de cambios, conocí a muchas personas, me alejé de otras, experimenté muchas cosas, lloré, reí, brinqué, bailé, me estresé, pero me divertí.
Todos estos sentimientos se me juntaron mientras veía fotos viejas de la escuela en estos últimos tres años. ¡Cómo extraño a mi TecMi! De ahí aprendí muchas cosas. Es muy raro, pero realmente extraño el sistema de la escuela; ninguna hora era libre, los examenes rápidos, los proyectos a final del semestre, Blackboard, todo el estrés los jueves y viernes que teníamos que entregar las tareas sin wikipedia...
Extraño a mis maestros, a quienes no se les escapaba ni un acento ni una coma en mis tareas: les agradezco cada palabra, cada consejo y cada regaño.
Y qué decir de mis compañeros... Al principio, simples compañeros de clase que terminaron siendo personas muy importantes para mi: mis amigos. Que a pesar de peleas, go karts, y agarradas de chongo, siempre había oportunidad de arreglarnos con un "¡peda en la casa de la Samantha!". Aprendí algo de cada uno de ellos y espero que ellos hayan aprendido de mi.
Le
agradezco a la preparatoria TecMilenio, porque fue ahí donde aprendí
todo lo que sé hoy y donde conocí a profesores y compañeros a quien hoy
les puedo decir mis mejores amigos.
Es muy difícil estar escribiendo esto cuando tienes un nudo en la garganta y los ojos llenos de recuerdos en forma de lagrimas.
Ahora, ya estoy en la universidad, pero después de todo, sigo siendo una TecMiñoña.
¡Muchas gracias, los amo! <3
TE AMO SAMANTHA LEYVA Y NADA LO CAMBIARÁ
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