Estadísticas afirman que el porcentaje de masturbación en
las mujeres es notoriamente inferior comparado con el de los hombres. La
pregunta es ¿no llevamos a cabo esa práctica sexual o es más la vergüenza a
decir que lo hacemos?
No es necesario preguntar si un hombre se ha masturbado
alguna vez en la vida, es algo que se da por hecho, pero las mujeres preferimos
callar; permanecer en secreto y negarlo.
Si
nos remontamos a años atrás, podríamos observar que el único propósito del acto
sexual era la procreación y se creía que las mujeres carecían de deseos
sexuales. Para la Iglesia cristiana, el auto-placer es pecado. Incluso en el
continente africano, tratan de privar a miles de niñas del disfrute sexual
mediante la extirpación del clítoris.
Pero ¿por qué vetar social y exclusivamente a las mujeres
de la autosatisfacción? Difiero en la opinión de que es el hombre quien nos
tiene que enseñar a sentir el placer sexual. ¿Para qué, si lo podemos hacer
nosotras mismas? Mediante la masturbación, nosotras podemos conocer nuestro
cuerpo, auto explorarnos y así, aprender la forma para lograr la excitación y
llegar al orgasmo.
Hoy en día hay miles de formas en las que una mujer puede
gozar del auto erotismo, utilizando desde juguetes sexuales hasta con nuestros
dedos. Lo único malo que persiste es, en la influencia de nuestra cultura, la
vergüenza y el “qué dirán”.
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