domingo, 22 de septiembre de 2013

El tabú más placentero



Estadísticas afirman que el porcentaje de masturbación en las mujeres es notoriamente inferior comparado con el de los hombres. La pregunta es ¿no llevamos a cabo esa práctica sexual o es más la vergüenza a decir que lo hacemos? 

No es necesario preguntar si un hombre se ha masturbado alguna vez en la vida, es algo que se da por hecho, pero las mujeres preferimos callar; permanecer en secreto y negarlo. 

Si nos remontamos a años atrás, podríamos observar que el único propósito del acto sexual era la procreación y se creía que las mujeres carecían de deseos sexuales. Para la Iglesia cristiana, el auto-placer es pecado. Incluso en el continente africano, tratan de privar a miles de niñas del disfrute sexual mediante la extirpación del clítoris. 

Pero ¿por qué vetar social y exclusivamente a las mujeres de la autosatisfacción? Difiero en la opinión de que es el hombre quien nos tiene que enseñar a sentir el placer sexual. ¿Para qué, si lo podemos hacer nosotras mismas? Mediante la masturbación, nosotras podemos conocer nuestro cuerpo, auto explorarnos y así, aprender la forma para lograr la excitación y llegar al orgasmo. 

Hoy en día hay miles de formas en las que una mujer puede gozar del auto erotismo, utilizando desde juguetes sexuales hasta con nuestros dedos. Lo único malo que persiste es, en la influencia de nuestra cultura, la vergüenza y el “qué dirán”.

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